Mis mañanas en mi finca
- 16 mar
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Caminar hacia el huerto temprano en la mañana con el rocío cayendo sobre cada hoja al pisarla me deja sin aliento al ver el color de los tomates cherry, los tallos brillantes de las acelgas: naranja, amarillo, rojo, las enormes flores amarillas del calabacín cayendo por el peso del rocío, las hojas de col rizada de color verde oscuro y rizadas se destacan por encima de las pequeñas cabezas de lechuga. El olor de la tierra húmeda es refrescante e inolvidable. El sonido de decenas de especies de pequeños pájaros resuena en las ramas de los numerosos árboles que rodean la zona. Puedo escuchar claramente a los pájaros, pero no son visibles por la cantidad de hojas que los esconden.
Tener esto a unos pocos metros de mi casa es un lujo asombroso. Un lujo que agradezco cada día.
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